«Los partidos mejor equipados para combatir a la extrema derecha son los de centroderecha»

Entrevista de Elena Herrero-Beaumont, publicada en la revista Ethic en septiembre de 2021.


Anne Applebaum ha iniciado un contra movimiento heroico: luchar contra el auge del autoritarismo. Y lo ha iniciado como intelectual y autora. Con la fuerza de la palabra y con el idealismo que debería guiar a esas élites que tienen la responsabilidad de la búsqueda de la verdad en el espacio público. En su reciente libro, El Ocaso de la Democracia, nos describe el origen y la expansión del totalitarismo en el siglo XXI. Una amenaza que nos acecha a todos los que hemos tenido la fortuna de nacer en democracias liberales más o menos consolidadas. La autora utiliza las técnicas del periodismo narrativo, del ensayo filosófico y del análisis empírico. Pero lo hace en primera persona, compartiéndonos anécdotas privadas de su relación con la élite política conservadora y el impacto de la política en la amistad. Políticas que otrora fueron madrinas de sus hijos se convierten hoy en miembros de una clerecía al servicio de ese mal que es el autoritarismo, y que se esparce a toda velocidad desde Rusia hasta Estados Unidos. El futuro es incierto. Puede que nuestros hijos vivan la estabilidad política que disfrutamos nosotros. O por el contrario puede que nuestros hijos sufran el yugo del totalitarismo y el consiguiente recorte de libertades y derechos que ya vivieron nuestros antepasados. El destino está en nuestras manos.

 

 

Las narrativas asociadas a las instituciones de la democracia liberal pueden llegar a ser aburridas. ¿Cómo podemos hacer que la institucionalidad sea algo sexy?

Esto es un tema muy importante. La pregunta es cómo comunicar en este nuevo mundo, qué tipo de lenguaje deberíamos utilizar. Qué lenguaje funciona. Y cómo crear nuevas coaliciones de gente que puedan comunicarse utilizando este lenguaje. Algo que los políticos actuales tienen que aprender es que las viejas divisiones entre la derecha y la izquierda no son tan relevantes como lo fueron en su día. Hay nuevas maneras en Internet de crear nuevas comunidades digitales y nuevas coaliciones de votantes. Esto es exactamente lo que ha logrado hacer la extrema derecha. Y ahora es una tarea pendiente del centro derecha y del centro izquierda. En las últimas elecciones de EEUU una de las cosas que se han visto claras es cómo los Demócratas han experimentado con lenguajes. El lenguaje que han utilizado es un lenguaje de unidad, de solidaridad, Americanos juntos, tratando también de centrarse en problemas concretos. En otras palabras, en lugar de centrarse en las guerras culturales (aborto, etc.), se han tratado de centrar en los problemas concretos de la gente: trabajos, infraestructuras, etc. Y devolver la conversación política norteamericana a la realidad y cosas que todos podemos hacer juntos, en lugar de temas culturales que dividen el electorado. De alguna manera, Biden ha triunfado. Pero aún tiene dificultades en llegar a una porción significativa del público. En definitiva, hay que prestar atención a lo que están haciendo los Demócratas en EEUU porque están pensando justo en esto: qué lenguaje debemos utilizar para llegar a la gente, y cómo podemos lograr que la gente se centre en la vida real, en lugar de temas históricos y culturales que los Republicanos están utilizando para dividir a la gente.  

La prensa libre ha sido en la democracia representativa el principal arma frente a los abusos de poder. En esta democracia post-mediática que nos ha tocado vivir, ¿cuál crees que es la influencia de la prensa independiente en la esfera pública?

Es mucho menos influyente de lo que fue. Y hay cosas buenas y malas derivadas de ello. El fin del monopolio de los medios tradicionales ha permitido la incorporación de nuevas voces y nuevas ideas, pero también ha generado el desorden y el caos. Estamos en la era de la posverdad.  Esto afecta no sólo a la política, sino a la salud pública y a la economía.  Ahora la gente es incapaz de saber qué es verdad y qué es mentira. Y el entendimiento de la psicología humana, la utilización de la psicología humana y de cómo la gente reacciona a las cosas que les llegan a sus teléfonos. El abuso de esto deliberado, que comenzó con los rusos y se está ahora utilizando por todo el mundo. Este es la principal amenaza a la democracia.

¿Eres optimista con la posibilidad de que los Demócratas aprueben nueva regulación para minimizar la amenaza de la desinformación, sobre todo después del nombramiento de Lina Khan al frente de la autoridad reguladora de las comunicaciones en EEUU?

Estos nombramientos apuntan a la dirección de la ruptura del monopolio de las plataformas tecnológicas. Lina Khan y otros han sido muy firmes con la necesidad de romper con el monopolio de Facebook y Google. Puede ser una buena cosa y puede que exista un apoyo de los dos grandes partidos. Pero me preocupa que no sea suficiente. Romper con el monopolio de las plataformas puede que no sea la solución al problema fundamental. Es necesario que los gobiernos presten más atención a cómo funcionan los algoritmos. El problema no es tanto el contenido sino la manera en como estos algoritmos lo distribuyen, utilizando las emociones como el miedo y la ira y demás. Y también confío en que los gobiernos comiencen a desarrollar soluciones alternativas en las redes sociales, algo como redes sociales de servicio público que favorezcan buenas conversaciones, en lugar de la actual división. La UE está interesada en estos temas.

Le cuento a Anne Applebaum la reacción de Ana Irís Simón en el acto de presentación del documento España 2050 del gobierno de Pedro Sánchez, y el eco que tuvo en medios y en redes. Un intento fallido de comunicar al público un ejercicio de complejidad ¿Hasta qué punto la democracia liberal puede ofrecer narrativas convincentes a un electorado empobrecido y con pocas perspectivas de futuro?

Es muy difícil. Las conversaciones entre expertos o conversaciones complejas no tienen por qué compartirse con el público general para ser relevantes. No toda conversación ni estudio complejo funciona cuando se comunica a millones de personas. Los medios de comunicación que tenemos no están hechos para compartir narrativas complejas. Tenemos que aceptar eso. 

El problema es que la secularización acelerada está llevando a la gente a buscar sentido en la política. ¿Cómo se manifiesta este fenómeno de la secularización a lo ancho y largo de Occidente?

Una de las cosas que están pasando y que no se está analizando lo suficiente es cómo la secularización está dando lugar a una generación de gente que busca sentido en diferentes fuentes. Es muy dramático en Polonia, que era muy católico hace tan sólo 10 años, y que ahora está experimentando uno de los procesos de secularización más rápidos de Occidente. Esto está creando entre la gente que aún va a la Iglesia una sensación de pánico, de que están perdiendo, que están desapareciendo, de que ya no son parte de la sociedad. Podemos ver esto en diferentes comunidades tradicionales, esa sensación de que se han quedado fuera, y que ya no juegan un papel. Esto genera un pánico  y también un vacío en las vidas de  la gente que tratan de rellenar de otras maneras, a través de la política por ejemplo. Esto es una de las cosas que están provocando la extrema ideologización de la política en tantos lugares. Si miras al fenómeno de QAnon en EEUU es exactamente esto. Los integrantes pertenecen de nuevo a una comunidad, tienen de nuevo amigos.

Hay alguna manera de que el centro derecha defienda la familia y la religión de una manera que no resulte radical en la línea que sigue Vox? 

Está claro que los partidos mejor equipados para batallar contra la extrema derecha son los partidos de centro derecha. Y porque los partidos de centro derecha pueden aún llegar a estos votantes tradicionales que se sienten frustrados por la  secularización, pueden ofrecerles un sentido y un lugar en el contexto de una sociedad en constante cambio. Dar a la gente un sentido de que no están perdidos en una sociedad que se está modernizando a toda velocidad y que está cambiando a toda velocidad es muy importante.

También nos encontramos con una epidemia de soledad en Occidente. ¿De qué maneras se vive esta soledad en Estados Unidos frente a Europa?

Sí, el fenómeno en Estados Unidos es visible. Un estudio reciente mostraba que la gente tiene menos amigos que antes. En sociedades donde la gente se mueve mucho, cambia mucho de trabajo, no son parte de la familia y del trabajo como lo eran hace 20 o 30 años. El desarraigo y la falta de pertenencia a algo está claramente nutriendo los fenómenos políticos que estamos viendo. Tuve una discusión con David Brooks sobre esto hace un par de semanas. Él piensa que este es el principal problema de la política norteamericana, la soledad, el aislamiento de la gente, pero yo sigo pensando que los cambios en el proceso de comunicación pública y las redes sociales es un problema mayor porque cambia de manera radical la manera en la que la gente hace política. Pero en cualquier caso, todos estos son factores.

¿No crees que en el caso de España la extrema izquierda ha hecho un mejor trabajo que Vox a la hora de conquistar la política de nuestro país utilizando estas nuevas reglas del juego?

O por supuesto, absolutamente. Ahora mismo estamos en el momento de la extrema derecha, porque la extrema derecha está haciéndolo muy bien en muchos países. Pero por supuesto que estas reglas pueden ser explotadas por la extrema izquierda. Pero si miras a lo que ha hecho Hugo Chávez el lenguaje y las técnicas que ha utilizado en Venezuela para erosionar la democracia son exactamente iguales que el lenguaje y las técnicas que emplea Viktor Orbán en Hungría. Es sorprendente que la extrema izquierda no haya resultado más exitosa en otros países de la Unión Europea. Tenemos la extrema izquierda en España, pero Corbyn en UK trató de utilizar este lenguaje pero por razones históricas no tuvo ningún recorrido.

Hay un debate recurrente. En este escenario de extremismo político, ¿hasta qué punto los partidos tradicionales de centro derecha y centro izquierda se ven obligados a adoptar ciertas de estas reglas para sobrevivir? Por ejemplo, está la tentación constante de politizar las televisiones públicas. Pedro Sánchez lo hizo. Isabel Díaz Ayuso lo quiere ahora hacer. ¿Cómo podemos convencer a los partidos tradicionales a que respeten la institucionalidad, aunque vaya en contra de sus intereses?

Esto es una cuestión tremendamente difícil. Las televisiones públicas es una de las instituciones en torno a las cuales los partidos deberían unirse. En muchos países, no en todos, estas televisiones han tenido un estatus especial, han disfrutado de la confianza del público. Un ejemplo es la BBC. Tienen un gran potencial para combatir la desinformación y la propaganda de los partidos y de ciertos intereses y grupos. Hay que convencer a los gobiernos de que hay que respetar su independencia. Una vez que se politizan, pierden la confianza del público y se convierten en aparatos del gobierno, pierden también su influencia. Si los politizas dejarán de tener importancia y menos impacto. Llegarán a menos gente. En Polonia lo hemos vivido ya. La televisión se convirtió en un aparato de propaganda del gobierno y ahora ha bajado sus índices de audiencia, está deslegitimada. El gobierno también sufre en consecuencia parte de esa pérdida de poder.

Algunos expertos señalan que el partido Republicano en Estados Unidos está viviendo una regeneración, y está recuperando el verdadero conservadurismo en la era post-Trump ¿Estás de acuerdo?

Estoy totalmente en desacuerdo. No veo al Partido Republicano regenerándose de ninguna manera. Si miras lo que está pasando en el Congreso, por el contrario, el autoritarismo y el trumpismo está reemplazando cualquier atisbo de verdadero conservadurismo. Lo más extraordinario, y no sé si puede extrapolarse a España, es que el partido Republicano, y los medios conservadores se han sumado al movimiento anti-vacunas. Y lo están haciendo porque quieren que la Administración de Biden fracase en la gestión del post-Covid para poder ganar las elecciones en 2022 y 2024. Esto significa que el partido Republicano está incentivando muertes en Estados Unidos con el objetivo de ganar. Y esto está pasando en los Estados dominados por los Republicanos porque es donde la gente menos se está vacunando. Se alegran de que sus propios votantes mueran. Por tanto, no creo que se esté viviendo un regeneración, sino que el Partido Republicano en Estados Unidos está caminando en dirección opuesta. Aún estoy en contacto con un par de Republicanos del Congreso que muestran su profunda frustración con lo que está pasando.

¿Cuál está siendo la influencia de los intereses privados en  la política  y en la opinión pública?

En Estados Unidos hay compañías y gente privada tan rica que pueden influir en la esfera pública de una manera que les beneficia mucho más que en el pasado. Las grandes compañías siempre han influido en la política y las políticas públicas, no hay nada nuevo, pero la última vez que tuvimos una desproporción entre lo que un grupo menor de compañías pueden hacer y lo que el resto del mundo puede hacer fue al final del siglo XIX y principios del XX, cuando los grandes conglomerados fueron divididos durante la presidencia de Theodore Roosevelt. Algo similar a esto se está produciendo en la Administración de Biden. No es que no queramos que existan compañías ricas tienen una clara función en la sociedad, sino que algunas compañías tienen una influencia desproporcionada que la Administración de Biden está muy interesada en cambiar.

Has vivido entre Estados Unidos, Reino Unido y Europa ¿Dónde te encuentras mejor, más feliz? ¿Dónde te gustaría que tus hijos vivieran?

 Mis hijos  han vivido sus vidas entre diferentes países, han vivido en Polonia, han ido al colegio en Reino Unido y a la universidad en Estados Unidos. Yo misma me siento una ciudadana de Occidente. Soy muy feliz tanto en Estados Unidos como en Europa. Puede ver las dificultades de cada región, pero también sus beneficios. Espero que mis hijos puedan vivir la misma vida y moverse entre diferentes sitios. No sé si fenómenos como el Brexit se lo permitirán.  Pero creo que muchos de sus amigos se sienten Europeos, nacidos en Polonia, y a la vez muy cómodos viajando y moviéndose por el Continente de una manera que sus padres encuentran difícil de entender. Espero que ese sentido de Europeísmo, que ese sentido de sentirse parte de la Comunidad democrática occidental continúe en el futuro.