El espacio de la razón entre libres e iguales

Por Elena Herrero-Beaumont

Diálogo entre Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo de Lora

Pablo de Lora es catedrático de filosofía del derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, y autor de libros como Lo sexual es político (y jurídico) y El laberinto del género. Sexo, identidad y feminismo. Cayetana Álvarez de Toledo es diputada en el Congreso de los Diputados por Barcelona, doctora en historia por la Universidad de Oxford, y autora del libro Políticamente indeseable. Ambos participan activamente en el debate público, y, desde sus respectivas instituciones, reivindican una concepción clásica del liberalismo frente a la involución del discurso identitario de la izquierda.  

En la conversación entre ambos se abordó la problemática de lo que Pablo llama “ángulos ciegos” o “recovecos” de la idea de diálogo que se están dando en la Universidad. Cayetana explica que ella vivió la tradición de excelencia de Oxford como “una vacuna contra el adanismo y contra el yo, que hoy todo lo domina”. Para la historiadora, hemos pasado de un mundo donde “importaban los hechos, la ley, las instituciones, los expertos y la jerarquía” a “un mundo en el que manda ese fluido incandescente del autodeterminado y determinante yo”. 

La universidad ha pasado de ser un lugar donde aprender a pensar de la mano de los maestros a un lugar donde reina la cancelación de expertos. Un entorno donde se trata a los estudiantes como si fueran bebés que no son capaces de afrontar ni la realidad ni la vida. Un escenario así arrasa la convivencia democrática, a ojos de la diputada, y frente a él deberíamos de luchar por volver a las jerarquías basadas en el mérito, la excelencia y el conocimiento, y donde los hechos y la verdad importan. Debemos lograr que esos estudiantes desarrollen sobre todo el espíritu crítico para evitar lo que ella llama “el gran desengaño histórico” al que se ve avocada esta generación de jóvenes. 

Pablo hace referencia a la concepción Nietzscheana de  la “historia crítica”, que nos permite juzgar lo acontecido en el pasado con los ojos del presente. Para Cayetana es bueno juzgar el pasado con los ojos del presente reconociendo a la historia como un proceso civilizatorio y de progreso. Pero en ningún caso deberíamos hacer tabla rasa del pasado porque dejaríamos de aprender sus lecciones. Mantener vivo el recuerdo del pasado nos permite no repetir los errores del pasado y continuar en la senda del progreso. 

Ante lo que ambos llaman el “ethos de los cuidados” que caracteriza a la política contemporánea, donde se trata a los ciudadanos como si fueran niños, surge la necesidad de rescatar la idea liberal de igualdad, donde a los seres humanos se les juzga nada más que por sus hechos. Una idea que marca el paso del antiguo régimen a la modernidad política de los últimos 300 años. Frente a esta idea, la izquierda ha emprendido una camino de involución hacia las ideas tribalistas identitarias y a juzgar a las personas por su género, sexo o nación. Frente a esta involución, Cayetana se proponer rescatar las ideas liberales, en lo que llama “el espacio de la razón”, donde se encuentran tanto conservadores como progresistas, un espacio poco articulado en la mayoría de las países. 

Para Cayetana la eficacia política reside en lo moral, y sobre todo en la valor de la transparencia. Que salgan políticos que empiecen a “decir en público lo mismo que dicen en privado” es el paso previo imprescindible para una auténtica regeneración de la política. Y solo los mejores podrán hacerlo.