Por una deliberación ética en democracia

Por María Blanco, investigadora de Ethosfera

En un contexto en el que sobreabunda la (des) información, la opinión polarizante y el dato, Ethosfera ha desarrollado el foro de deliberación ética  Mejores Empresas, Mejor Democracia, que se reivindica diferencialmente como un espacio regido por la búsqueda de la verdad a través del juicio experto y la orientación moral.

Diego Garrocho es director de opinión de ABC y vicedecano de investigación de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Jorge Úbeda es profesor asociado de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, así como director de Transfilosofía y director de la Fundación Promaestro. Ambos protagonizan el primer episodio de Mejores Empresas, Mejor Democracia, titulado Sistemas éticos como base de buena gobernanza donde comparten sus reflexiones acerca de la aplicación de una metodología ética en la toma de decisiones, tanto en el ámbito empresarial como en el estatal. 

Diego inicia la conversación desvinculando la ética de nociones de santidad o bondad espontánea. La concibe cómo el fruto de la inteligencia y de la deliberación entre personas, capaz de proporcionar una explicación sobre cómo debemos tomar decisiones. El objetivo fundamental es aprender a elegir mejor, basando las decisiones en razones que puedan ser compartidas públicamente. Ambos defienden  la deliberación como el mecanismo crucial a través del cual lograr este propósito.  

Jorge presenta tres modelos de filosofía moral y política para gobernar desde la ética: el utilitarista, el deontológico y el virtuoso. Somete cada uno de éstos a un análisis detallado, exponiendo su motivación moral, criterio ético y el modo de articular dicho criterio.   

Después de haber analizado estos modelos, los filósofos reflexionan sobre la proporcionalidad entre el poder de influencia de un individuo o grupo y la exigencia en estos casos de un proceso deliberativo. Ambos concluyen que la responsabilidad aumenta con el grado de poder e influencia, pero cuestionan los límites de la capacidad de decisión real de dichos individuos. También discuten la compatibilidad entre los tres modelos éticos, inclinándose hacia la flexibilidad y su combinación, aunque reconocen que sus criterios pueden entrar en conflicto a veces. Finalmente, exploran el gran enigma de la acción moral humana: ese resto indisponible respecto a nuestra decisión final, donde a pesar de conocer la respuesta adecuada en una situación social, decidamos no actuar conforme a ella.